Vamos cogiendo experiencia y se van corrigiendo errores de competiciones anteriores, todo va mejorando gracias al trabajo diario. He competido con muy buenas sensaciones.
La mañana empezaba con los nervios típicos antes de competir, y con el recuerdo de la última prueba que tuve que se rompió la silla. Empezamos los mil metros de natación con la sensación de frio porque salimos desde el agua y mientras nos dan la salida y no…
Pronto entré en calor e hice un buen segmento de agua aunque me desvié un poquito en la última boya supe gestionar bien las fuerzas. Salí hacia la T1 casi sin cansancio y haciendo un transición muy rápida (algo a lo que no estaba acostumbrado).
Intenté darlo todo en la carrera para no perder mucho tiempo ya que aquí aun no estoy muy fino, traía de la natación un buen tiempo de ventaja y aunque en el circuito de carrera no era de lo más idóneo para la silla de ruedas, ya que había un tramo de arena y tierra que nos frenaban mucho conseguí mantenerme por delante sin que me recortaran mucho tiempo. Y esta gestión hizo que me alzara con mi primer campeonato de Andalucía de acuatlón.
En definitiva estoy muy contento con el resultado y el espectáculo de volver a ver público animando a todos los triatletas.
En este campeonato de Andalucía he tenido la suerte de tener un handler nuevo, que ha estado de medalla de oro a pesar de su juventud e inexperiencia. Ayudándome a hacer una transición casi perfecta, y quiero felicitarlo más que por su ayuda, por la entrega que ha tenido durante todo el fin de semana. Desde la concentración de paratriatlón que tuvimos desde el viernes anterior a la competición, por su implicación colaborando con otros paratriatletas, por esa infinita timidez observando y aprendiendo a conocernos y demostrarme que no era timidez sino madurez, por sus ganas de estar con nosotros y hasta que nos despedimos diciéndome, «¿cuando tenemos la próxima?» haciendo esto como lo que es, tuyo también. Seguro que contaré contigo la próxima vez porque con esa actitud ganamos los dos.